PRIMER ACTO: : Los años no pasan en balde.
¡¡Feliz cumpleaños!! Te cantan las mañanitas, le soplas a las velas del pastel, recibes abrazos, y das el paso de entrada a la sexta década de vida. Sacas tu credencial de adulto mayor, y luego, empiezas a notar que la gente ya por default, te habla de usted.
Un día cualquiera, un nieto te dice mientras batallas para meterle el zapato: “Las abuelitas hacen todo más despacio porque son un poco viejitas, ¿verdad?” O el mismo pícaro, se ríe cuando ve al abuelo en traje de baño y le dice: “¡Qué chistosa tu panza arrugadita!.”
Seas hombre o mujer, te resistes a creerlo, pero te das cuenta que te cansas más, tienes menos fuerza, tienes más canas, menos pelo, más arrugas y menos vista, y si a los achaques comunes, se suma alguna enfermedad, pues ya ni te digo.
SEGUNDO ACTO: Mujeres invisibles, hombres en “climaterio”.
Las mujeres empiezan a parecer invisibles, como si pasaran a otra dimensión que es la menopausia. No es que esperes que la gente voltee como antes cuando entrabas a un lugar, pero ahora hasta para llamar a un mesero tienes que hacer señales de náufrago.
Por su lado, los sesentones a manera de reemplazo hormonal, compran un auto, deportivo si se puede, o se dejan crecer el pelo aunque la coronilla esté calva o empiezan a fijarse en mujeres a las que le doblan la edad. Y por supuesto, en ambos, hombre y mujer, es muy común recurrir al botox o a las cirugías plásticas.
Ahora, si no quieres caer en la amargura o la depreión, tienes que asimilar los cambios de la edad y empezar a cosechar los frutos de la experiencia. Es momento de tomar decisiones sobre cómo quieres vivir el último tercio, si tienes algún problema de salud, ocuparte del tema y reacomodar tus prioridades.
En el mejor de los casos, dices “misión cumplida” con los hijos, si los tuviste, y seas abuela o no, estés retirado o sigas siendo productivo, solo o en pareja, te dedicas más tiempo a ti mismo, a realizar algún viejo sueño y emprender algo nuevo.
La buena noticia es que la juventud no es solo cuestión de edad, sino del estilo de vida que lleves, y a pesar del desgaste físico, puedes seguir haciendo ejercicio, manteniéndote activo y ocupado.
Es el momento de hacer tu bucket list con todo aquello que más deseas o cosas que tienes pendiente. Quizá sea pasar más tiempo con tus seres queridos, estudiar algo o enseñar algo que dominas muy bien, aprender yoga, explorar una nueva afición, reconciliarte con alguien o hacer algún viaje.
Se trata de dedicarte a lo que sea realmente importante para ti, aquello que dejará la huella única de tu paso por el mundo y por la vida de otras personas, para que cuando termine la obra y caiga el telón, te sientas en paz, sabiendo que diste tu mejor actuación. ¿Qué no de eso se trata la vida?