CUENTA REGRESIVA
Hay decisiones que se toman con un nudo en el estómago ante la incertidumbre, mezclada con la emoción de iniciar una nueva etapa de vida... y los nervios aumentan cuando arranca la cuenta regresiva.
Como Tili, el personaje de un cuento que les leo a mis nietos, que vive al lado de un muro muy alto y todos los días pregunta "¿qué hay del otro lado?", pero a nadie parece interesarle. Hasta que un día excava un túnel, atraviesa por abajo del muro y se encuentra un lugar hermoso.
Pues igual que Tili... vivo en esta ciudad desde que nací, es mi zona de confort, donde está mi gente y sé como funcionan las cosas, pero desde hace años he querido saber cómo será vivir en otro lado y decidí que era hora de cavar un túnel.
Si la vida no me cambia mis planes, voy a mudarme a un lugar lejos del ajetreo y los problemas de una ciudad grande, a un pueblo ubicado en la orilla del Lago de Chapala, lleno de extranjeros retirados, que se llama Ajijic.
Las vistas del lago, del malecón con sus palmeras apuntando al cielo luminoso, y las callejuelas con fachadas de colores, todo invita a quedarse, a desacelerar, respirar profundo y liberarse del estrés.
Este "retiro" no implica dejar de trabajar, lo seguiré haciendo a distancia pero con más tiempo libre y gozando la quietud del lago y las montañas.
Cuando la añoranza me desborde, vendré a visitar a mis hijos, mientras a mis nietos les seguiré leyendo cuentos a distancia que ya se saben de memoria, pero me los siguen pidiendo. Cuento con tener visitas continuas de mi gente querida, que me llenen de alegría, al igual que las puestas de sol iluminan el cielo, el agua y la vida en Chapala...
Una hermana que ya vive en Ajijic, me mostró el camino, otra se mudará después, y yo, ya estoy empacando... y me pasa de repente que me quedo pasmada sin atinar por dónde seguir o empiezo a sacar cosas y me pierdo en los recuerdos o me pongo los sombreros a ver cuáles ya no quiero. Y así... lo bueno es que confío que será la última mudanza de mi vida. A mis hijos les tocará la próxima en mi ausencia...