sábado, 22 de junio de 2019

¿LA MEMORIA SE JUBILA?

EN BLANCO...


Así, con la mente en blanco, te encuentras un día parado en medio de la habitación  donde acabas de entrar para... traer qué?  O para hacer qué?...  Por más que te exprimes las neuronas tratando de recordar a qué diantres fuiste ahí, sigues en blanco, hasta que mejor te das media vuelta y te regresas...  
En medio de la incredulidad, empiezas a sospechar que la memoria también se jubila, se va sin avisar y sin importar que tú sigas activo, trabajando; sin importar  que tengas que recordar tus citas, el nombre de tus clientes, hasta las cosas más sencillas, como  pagar la luz antes de que venza.

Y también empiezas a elucubrar.., ¿qué me estará pasando? ¿Será solo la edad o será algo más ?  Hasta quizá creas ver al fantasma del Alzheimer rondando, quitándote palabras de la punta de la lengua y empañando tus recuerdos... 


Pero no, generalmente  las  causas son la edad, la menopausia o andropausia (sí señores, sí existe) y el estilo de vida actual, que implica estar bombardeados a toda hora por estímulos de un entorno tan cargado y acelerado que ataranta con información constante a través de  whatsapp, mensajes de texto, messenger, llamadas, etc...

Imposible dar seguimiento y recordar todas las cosas. Más que nunca, hay que llevar una agenda diaria, apuntar los pendientes, poner alarmas y sobretodo poner atención.

Además, la memoria, quiero decir, lo que queda de ella,  es caprichosa... Resulta que te acuerdas de cosas inútiles como el teléfono de casa de tus padres hace miles de años, pero que no te pregunten qué película viste en el cine la semana pasada porque te quedas en blanco...

“¿Te acordás cuando hablábamos de corridito?”, le dijo riéndose, una señora argentina a su marido y recuerdo la gracia que me hizo escuchar eso.  La mía, fue la risa de “qué chistoso, jajaja, yo jamás voy a llegar a eso”.., porque hace 15 años me parecía inconcebible, pero hoy, es otra  historia... 

Efectivamente,  ya no puedo  hablar "de corridito", porque cada tres palabras, se me olvida una, pero como la señora argentina, no pierdo el sentido del humor... 


EL SHOCK DE LA TERCERA EDAD

APRENDER A HACERSE VIEJO Cuando la gente empieza a hablarte de usted, te ofrece el asiento en una sala de espera o cargar tu bolsa del súper...