Mujer de seis décadas
Ricardo Arjona le cantó a la señora de las cuatro décadas, aquella que "deja huellas por donde camina, que la hacen dueña de cualquier lugar", pero no hay una canción en español, al menos que yo conozca, alusiva a las mujeres de cinco décadas, mucho menos de seis...
¿Será como se dice de manera casual, que al llegar a cierta edad, parece que las mujeres nos volvemos invisibles? Como si al pasar la barrera de los 50 y los 60 años, entráramos a otro mundo, el de la menopausia y el envejecimiento. Pues no es nada casual, porque a partir de ahí, conforme siguen pasando los años, se nos van restando puntos.
¿Mujeres invisibles?
Yo veo tres causas: una, la etapa reproductiva que ya quedó atrás, está sobrevalorada; dos, se supone que el papel económico de las mujeres mayores es limitado; y tres, los parámetros de la belleza femenina en nuestra sociedad, están ligados a la juventud. En la publicidad solo se ven rostros femeninos con arrugas y canas, cuando se trata de vendernos algo, –"algo" que promete devolver la lozanía, la frescura del cutis joven– si no, no somos objeto de mayor atención.Y sin embargo, en este último tramo del camino, somos dueñas y señoras de nuestra vida, tenemos la sabiduría de la experiencia y mayor conciencia y creatividad que en la etapa de juventud. Podemos vernos a nosotras mismas, escribir nuestra propia historia... nuestra propia canción...

Hay canciones sobre la mujer en la tercera etapa de la vida, pero se refieren a la figura de la madre y de la abuela, no a la mujer en todas sus facetas, la que no por ser abuela, deja de ser romántica, no porque la memoria le falle, deja de recordar, no porque se canse más, deja de bailar, ni por peinar canas, deja de ser activa y productiva.
Platicando con amigas y hermanas, surgió la idea de crear la letra para esa canción, que refleje la vida y la esencia de la mujer que está consciente de que ha vivido más tiempo del que le queda, acepta que ya no ve sin anteojos, que no hay colágeno, ni vitaminas que devuelvan la juventud, y que sabe vivir a sus anchas y plena de amor, el que ha dado y el que ha recibido...