domingo, 30 de octubre de 2022

EL SHOCK DE LA TERCERA EDAD


APRENDER A HACERSE VIEJO

Cuando la gente empieza a hablarte de usted, te ofrece el asiento en una sala de espera o cargar tu bolsa del súper, empiezas a darte cuenta que los años ya se notan, y entras en shock!  

No hay forma de evadirse ante los hechos: tienes menos fuerza, te cansas más, las arrugas y las canas van en aumento, el pelo y la vista disminuyendo, te vuelves algo lento y la memoria empieza a jugarte malas pasadas.    Entonces entra la duda  respecto a qué te depara el futuro, sobre todo si vives solo. 

Yo no quiero —ni creo que nadie— ser  una carga para mis hijos, ni vivir en una residencia de retiro por más  cómoda, linda o elegante que sea.  Quiero vivir en mi propia casa y seguir  activa, pero tener cierto apoyo y compañía cercana.  En esto estaba cuando encontré una alternativa interesante en un seminario de la UNAM que tomé en línea. 
Es una opción para adultos mayores que queremos mejorar nuestra calidad de vida, conviviendo en una comunidad de personas afines que se acompañan y se apoyan, conservando cada uno su espacio privado.  

COHOUSING  (Vivienda colaborativa) 

Este estilo de vida surgido en Europa en los años 70, conocido como cohousing o vivienda colaborativa, se ha extendido por el mundo, en España, particularmente.    El  modelo consiste en que un grupo de amigos, vecinos,  familiares o conocidos se unen y se organizan para vivir juntos,  compartiendo áreas servicios comunes y se apoyan mutuamente, cada quien en su vivienda privada.  Como en la película de Jane Fonda  en que un grupo de amigo se plantea la posibilidad "¿Y si vivimos todos juntos?", 

En México están surgiendo proyectos auto gestionados en varios estados donde gente mayor de 60 años participa, recuperando su vitalidad y su energía, un segundo aire diría yo. ¿Sabes que se ha visto que vivir en una comunidad así,  retrasa el envejecimiento hasta 10 años?

Y no solo los “mayorcitos”, también hay gente entre 50 y 60 años que quiere decidir donde,  cómo y con quién hacerse viejo,  y están preparándose para vivir esta última etapa en plenitud. 

Escuelas para adultos mayores

Nadie nos prepara para la vejez, así como hay cursos para adolescentes, prenupciales, escuela para padres, y programas de inducción para empleados, debería haber "Escuela para viejos" para entrar a la tercera edad con conciencia de lo que nos espera y un plan para esos años.  

Uno supondría  que la vida misma nos prepara al haber visto envejecer y deteriorarse a nuestros propios padres, pero no, vivimos como si fuéramos eternos, sin estar conscientes de nuestra propia finitud.  He ahí la realidad

martes, 10 de mayo de 2022

"La parte que más me gusta de mí...

 ....es la que más se parece a ti" 

Frase de un hijo con motivo del día de las madres.  Y con ello, todo el ser mamá brilla de nuevo, todos los años dedicados a esa tarea, recobran sentido.   Esa sola frase es muestra de la huella que se deja en otra vida, en el corazón de los seres más amados, los hijos.  ¿Qué mejor regalo se puede recibir en una fecha más bien comercial e inocua?  Vale todo el esfuerzo, el trabajo y la zozobra, así como las enormes gratificaciones de la maternidad.  

Desde que les di el último empujón para nacer, luego llegar a mi casa feliz y asustada con un nuevo ser en mis brazos, amamantarlos y cambiarles los pañales, llevarlos a la escuela y al doctor, a las fiestas de piñata y después a las fiestas de botella, verlos terminar la universidad, trabajar y tener pareja…

Escucharlos, abrazarlos y secar sus lágrimas, frenar sus ímpetus o voltear al cielo y dejarlos correr sus propios riesgos, leer entre lágrimas sus tarjetas de 10 de mayo para “la mejor mamá del mundo” y sentirme a veces la más inepta….
Así pasaron los años, demasiado rápido parece, ellos creciendo con prisa, yo caminando más lento, hasta verlos convertirse en adultos completos…

Sin duda, ser su mamá llenó mi vida de retos y aventuras, aprendizajes y satisfacciones, sorpresas, alegrías, sustos y preocupaciones...

Hoy los veo con orgullo, independientes, recorriendo su propio camino, y me lleno de recuerdos de la cercanía y la convivencia diaria...

Y hoy en el último tramo de mi andar, doy gracias por la experiencia más significativa e inspiradora de mi vida y deseo que cada madre viva en su corazón está plenitud, reconociéndose y reconciliándose con su propio ser mamá.

martes, 12 de abril de 2022

EL PERRO EN LA VENTANA

Pre-adolescentes de 6 años

¿Decimos que el tiempo vuela y los hijos crecen muy rápido? Pues los nietos más!! Nicolás, de seis años, se ha convertido en un pre adolescente de la noche a la mañana…

Crecer a zancadas

Las señales son claras… A veces, cuando estamos con su hermano se separa, se vapor su lado y se pone a jugar solo. Le gusta aislarse a ratos, obedece menos rápido cuando su mamá o papá dan órdenes, cuestionando las razones y mostrando su inconformidad con algunas reglas.  Parece que en esta búsqueda anticipada de identidad le urge crecer y va a zancadas.

De pronto, empezó a hablar de dinero, cuánto tiene guardado, qué puede hacer
para ganar más y lo que se va a compra. Para que no nos quepa la duda empezó a oír música pero no de Cri Cri, ni canciones infantiles actuales, sino puro pop-rock y electrónica.  

Pero al adolescente prematuro le gana todavía el niño que disfruta ir al parque, que mira asombrado un hormiguero, corre, trepa, salta. Y algo más que me ha dado los momentos más entrañables con mis nietos: su facilidad de asombro ante el mundo y la magia de la imaginación.


Le fascinan los juegos fantásticos que les dan voz y movimiento a los muñecos, donde los coches hablan, los animales pueden cantar y ocurren las más increíbles hazañas.
Y todavía cuando pregunto "¿quién quiere escuchar un cuento?” -que puede ser cualquier relato que se me ocurra con tintes mágicos- tengo dos caritas atentas con los ojos puestos en mí, esperando.


Entonces, yo sin pensarlo mucho empiezo con la irresistible frase “había una vez… un perro que vivía asomado a una ventana..."

domingo, 16 de enero de 2022

LA ULTIMA CARTA

HORA  DE ABORDAR

“Es mi última carta”, me dijo cuando nos despedimos en el aeropuerto y se fue dejándome con la garganta hecha nudo. Antes de perderse de vista para abordar, volteó a decirme adiós con la mano y desapareció. 


Era mi compañera de trabajo, que con sus 72 años tenía unos bríos, como si tuviera 30 , y así se lanzó a la aventura.  Cuando el jefe le pidió que se fuera a trabajar a Puerto Vallarta a ayudar a su esposa que estaba enferma, de inmediato le dijo que sí.


Creo que siempre ha sido impulsiva,  pero ue tan precipitada su decisión que otra compañera

le preguntó si su familia estaba de acuerdo.  Alicia  contestó riéndose que alguna ventaja debía tener el hecho de no tener marido, ni hijos y mantenerse ella sola, y era justo eso, que podía decidir sin consultar a nadie.


“Si de algo soy dueña y señora es de mi vida" remató y siguió de largo, sacudidor en mano afanada como siempre  en quitar hasta el menor rastro de polvo de los muebles y limpiar los canceles de vidrio hasta que no se veían de tan transparentes 


Igual de intensa era cuando algo no le parecía o alguien no le caía, se notaba al instante en su gesto y su modo.  Así como estaba ávida de aprender y preguntaba de todo, así mismo se aferraba a su manera de hacer las cosas.  Lo asombroso, era que aquella mujer que no terminó ni la primaria, porque tuvo que trabajar desde niña, sabía disfrutar la vida como poca gente y agradecía las cosas más pequeñas. 


El día anterior a su partida, se cortó y pintó el pelo, y se compró un par de blusas y unos guaraches y listo. “No necesito más, lo importante se lleva por dentro y el resto va y viene", me dijo esa inesperada compañera  a quien en poco tiempo le tomé cariño. 


Antes de despedimos en el aeropuerto, me platicó que alguna vez soñó con vivir junto al mar y "mira nada más” agregó toda sonriente, “para ya voy. Esto es vida, conocer gente y lugares nuevos, trabajar, ser útil, ¿qué más puedo pedir, mi niña?"  


Según ella, era su última carta, yo lo dudaba, pero lo que no cabía duda es que Alicia había sabido jugar con las cartas que le tocaron en la vida.  Si aquella era la última, “bien jugada", pensé mientras regresaba a casa y ella volaba hacia el mar…

domingo, 2 de enero de 2022

CORAZÓN TALLA “PLUS”

HORAS EXTRA

Parece un torbellino, pura energía en movimiento, que va y viene incansable, haciendo cosas principalmente  para  los demás, porque su pequeño cuerpo con metro cincuenta y tantos centímetros de estatura, alberga un corazón enorme.

Parece que su día tuviera horas extra, o como si sus años pesaran menos.  Si no está tomando una clase vía remota, está organizando un evento,  hablando por teléfono; o está en la cocina, echando ropa a lavar, o sacando la basura que clasifica y acomoda perfectamente; si no va al club, sale a correr; va al súper, visita a alguna amiga, o hace jardinería, lee o escribe. Y por supuesto, los fines de semana tampoco para: se reúne con la familia, invita amigos a comer o ella va a un evento.


Vive con su inseparable esposo en una casa con un jardín lleno de flores que adornan la fuente del patio y las ventanas, creando un colorido cuadro que es reflejo de su espíritu alegre y

delicado.   El lugar es  un bello remanso de paz donde se antoja sentarse frente a una taza de café a leer o a conversar mientras pasan las horas, ajenas al bullicio y la actividad del mundo exterior.

Tanta historia por compartir, marcada por grandes pérdidas como la agonía y la muerte de sus padres, de la hermana más cercana y de un joven yerno, que implicó salir al rescate de la hija y el nieto que quedaron desamparados.  


Y la batalla más reciente que sigue en curso contra el cáncer que afecta a su pareja de toda la vida, el novio de la juventud que se convirtió en esposo, cómplice y compañero de aventuras desde los primeros años de matrimonio, cuando aún eran estudiantes y vivieron en Francia.

Solo se tenían uno al otro y juntos aprendieron a estirar cada billete para subsistir,  a ser padres de tres hijas que son su orgullo, hasta convertirse en  dichosos abuelos.  

Su casa es el corazón de la familia, late cuando los nietos corren por el jardín, entran y salen libremente y a la hora del hambre, el olor de la sopa o de las galletas en el horno, los atrae a la cocina. 


Cuando algún familiar o amigo está en apuros, mi amiga no se detiene a pensarlo, de inmediato responde y se hace presente, con sus palabras o su escucha atenta para ayudar a llevar la carga, a dar ánimo o hacer lo que se necesite hacer,


Suena mi teléfono, es ella que habla para preguntar cómo sigo y si necesito algo. Con la calidez tan suya, me dice que urge vernos para platicar largo y tendido.   


jueves, 23 de diciembre de 2021

RETRATOS

GIRO DECISIVO

Esquivando a su vecino de la ría, el cocodrilo que confunde su muelle con un asoleadero, se sube de un salto a la lancha, previamente cargada con la hielera y los salvavidas   Bien equipada, como siempre, se acomoda el sombrero y arranca el motor, en lo que parece una escena de Cocodrilo Dundee.  Destino: alta mar donde nos esperan las ballenas


Pero no es personaje de  ninguna película,  es una mujer con título  universitario y  maestría en 
alta  administración, una lumbrera en  asuntos de marketing,  que igual maneja  los estudios de

mercado y la ciencia estadística, como prepara hamburguesas de betabel, adereza una ensalada, y pone los platos en la gran mesa de la terraza junto a la alberca, todo con la mano en la cintura. 

Ella construyó su casa, diseñada por el papá de sus hijas, de quien se divorció hace muchos años. Después de las calamidades que trae consigo un divorcio, ha logrado establecer una sana dinámica de convivencia familiar con él y sus dos hijas. 


Después de un largo tiempo de trabajar para una firma conducida dictatorialmente, después de muchas consideraciones y a pesar de la incertidumbre, mi amiga dio un giro decisivo que cambió el rumbo de su vida: se fue a vivir a la playa y tras un plazo corto se independizó.  Puso su propia empresa y pronto sus clientes la buscaron porque nadie les daba el trato o los resultados que ella conseguía. 



Quien no crea que los sueños pueden realizarse, que la vea a ella. Trabaja desde su casa, hasta donde llega el rumor del mar cercano, en medio de una vegetación exuberante, en su jardín aparecen inofensivos mapaches alguna iguana camuflajeada en la rama de un árbol y el cocodrilo que llega sigiloso a espiar desde la orilla del agua, antes de echarse una siesta al sol.


Como  si no tuviera suficiente emoción en ese entorno medio salvaje, los fines de semana cuando no sale al mar, practica surfing, vela y paddle surf.  No es de extrañarse porque fue una niña intrépida que disfrutaba los deportes extremos, como aventarse desde grandes alturas en un hang glider y sobrevolar un lago.   


Las amigas reunidas bajo la palapa del roof top disfrutando la brisa marina, recordamos tiempos compartidos en la universidad y riendo de las viejas anécdotas, levantamos nuestras copas para brindar porque nuestros caminos no dejen de cruzarse. 






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martes, 21 de diciembre de 2021

LA ABUELA JARDINERA

 Retrato

Tengo una amiga que vive en una  casita  blanca con techo azul y un tapanco,  con la única compañía de un gato desgreñado y tuerto que ella empezó a alimentar cuando llegó a vivir ahí.  El bicho ronda diario por su casa, considerándose adoptado como mascota de la mujer que se compadeció de él, lo bañó y lo bautizó con el nombre de Pelusa.


Es un barrio popular, de esos donde los vecinos se saludan en la calle, todos conocen al plomero de la esquina, saben el nombre del tendero y del carnicero y van a pié por el mandado, a la farmacia o a comprar las tortillas. 


Mi amiga, sale temprano a la panadería a comprar bolillos para los molletes que les dará a sus nietas, a quienes cuida todas las mañanas. Les organiza juegos, las pone a cocinar con ella y a hacer jardinería.  El espacio verde alrededor de la casa, es un paraíso de plantas, flores y tres

árboles frutales, un lugar donde llueven risas cuando las niñas corren descalzas, se suben a los columpios o meten los pies en la fuente, y después se sientan bajo una sombrilla amarilla a comer su lunch.


Es una abuela fuerte, fuerza que ha crecido cortando ramas o tallos secos, podando plantas para que se renueven,  arrancando yerba mala y excavando la tierra para sembrar semillas que con sus cuidados, pronto germinan, crecen y dan flores.  


Algo parecido hace con sus nietas: siembra ideas, y riega la tierra fértil de su mente con experiencias y emociones para que las semillas florezcan y den frutos… como el limonero y el durazno del jardín.   


Fue la última hija, después de seis y la  consentida de su papá, de quien aprendió a valorar el trabajo y a cuidar a las plantas y los animales.  De niña tenía que pelear hasta por su lugar en la mesa y hacer oír su voz, ignorada por los mayores. 

  

En la escuela, se hizo manifiesta una dislexia que la llevó a enfrentar burlas de algunos compañeros por sus faltas de ortografía.  No sabía si intuición llevaba S o C, se le olvidaba el acento de empatía y se brincaba la C de excelencia, pero era la persona más intuitiva y empática, cualidades que la convirtieron  en una excelente psicoterapeuta, a la que nunca le faltan las palabras para ayudar a  la persona frente a ella a ver más claro en su interior.


En casa de la abuela jardinera, cada rincón está aprovechado estratégicamente para

guardar algo o está ocupado por un recuerdo, un adorno o una maceta de barro y las paredes lucen cuadros que tienen una historia.  

El sillón donde estoy sentada está cubierto con un tapiz de lana que invita a tumbarse cómodamente. Eso hago mientras veo a mi amiga moverse con destreza en la cocina, dando los últimos toques a la comida, sirviendo una botana y los tequilas,  mientras platicamos sobre los enredos y desenredos de la vida…


EL SHOCK DE LA TERCERA EDAD

APRENDER A HACERSE VIEJO Cuando la gente empieza a hablarte de usted, te ofrece el asiento en una sala de espera o cargar tu bolsa del súper...